En los últimos años, el sector salud ha sido uno de los que más ha avanzado en la incorporación de nuevas tecnologías. De esta forma, ha encontrado en el diseño industrial un pilar en el que apoyarse para crear nuevas alternativas que permitan a los pacientes convivir de mejor forma con sus patologías.
Medios para la rehabilitación de enfermedades neurológicas, cardiológicas e incluso herramientas para la lucha contra el cáncer son algunos ejemplos de las múltiples utilidades que puede generar la fusión entre el diseño industrial y la salud.
Pero, ¿qué aportan los diseñadores industriales en este proceso? En Ansitec queremos mostraros la importancia que tiene la labor del diseño industrial aplicado a la salud, llegando a crear dispositivos que pueden salvar (o al menos mejorar) la vida de muchas personas.
Diseño y salud: un posible salvavidas para los pacientes
La sanidad es uno de los pilares fundamentales de cualquier sociedad, por lo que su mantenimiento y mejora necesita del ámbito tecnológico para seguir progresando. Gracias al diseño industrial aplicado a la salud pueden crearse soluciones optimizadas que reduzcan los costes de producción y aumenten la calidad de vida de los enfermos y su seguridad.
De esta forma, la actividad diaria de cualquier médico puede verse favorecida a través del diseño industrial y, por ejemplo, a herramientas como las impresoras 3D. Con el usuario como eje de cualquier proceso de diseño, se plantean mejoras a la medicina tradicional desde la pantalla hasta el paciente.
Los cometidos principales del diseño industrial aplicado a la salud son:
- Estudiar las necesidades del paciente para saber cómo desarrollar el diseño adaptándose a sus características.
- Elegir los materiales convenientes para cada diseño.
- Organizar el proceso productivo de la forma más eficiente posible.
El diseño industrial como motor de la rehabilitación
Entre las disciplinas donde está más presente el diseño industrial aplicado a la salud es en la rehabilitación de pacientes con movilidad reducida.
Un caso a destacar puede ser el prototipo de rodilla pediátrica CIREC creado por un grupo de estudiantes de diseño industrial de la Universidad de los Andes. Gracias a este proyecto, los pacientes han podido recuperar la movilidad desarrollando todas las fases a través del diseño industrial: desde el estudio de la rodilla fisiológica humana hasta el diseño del prototipo con sistemas software 3D. Tras su diseño, fue probada en pacientes con características específicas cumpliendo las expectativas con éxito.
Un paso más hacia la mejora del autismo
Otro ejemplo en el que el diseño industrial contribuye a mejorar la calidad de vida del paciente es en el autismo.
En concreto, gracias al proyecto de Maximiliano Romero llamado Robot Teo, terapeutas y diseñadores industriales trabajaron para la mejora de la actividad didáctica de las personas con autismo.
Este robot permite a niños con autismo interactuar y desarrollarse personalmente por su aspecto en forma de peluche. El robot Teo cuenta con la posibilidad de captar información y crear una base de datos que permite analizar la evolución del tratamiento.
La dificultad para sentir empatía o desenvolver sus habilidades sociales se ven mejoradas con este robot, creando un espacio amigable en el que el niño puede expresar sus emociones y controlarlas. Esta tecnología desempeña gestos e interacciones que mantengan la atención del niño y el contacto, sin resultar molesto para el usuario.
Esto son solo algunos ejemplos que demuestra que son múltiples las funciones que puede tener el diseño industrial aplicado a la salud. Las tecnologías avanzan a un ritmo cada vez más rápido, pero es indispensable la inversión en diseño industrial para que las mejoras se apliquen directamente en la vida cotidiana.
Desde Ansitec queremos seguir mejorando y creando nuevos proyectos que os faciliten la labor diaria, unidos de la innovación y la profesionalidad. Si tienes un nuevo proyecto en mente con el que llevas soñando mucho tiempo, contacta con nuestro equipo y estaremos encantados de escucharte.